Cuando empezamos esto, no me imaginé que tendría que escribir treinta y una presentaciones sobre el mismo tema…
El año pasado, ya comentamos en esta página algunas de las cosas que habían cambiado en treinta años: de los sacos de bobinas al soporte digital, de la máquina de escribir al ordenador, del VHS al DVD y el Blu-Ray, de los cines a los multicines y las plataformas… En estos treinta años más uno, entre todos esos cambios, una idea ha permanecido más o menos invariable en el Cine Club: la idea de proyectar en pantalla grande películas buenas, recientes, en versión original e inéditas en Soria. Con el tiempo, nos hemos permitido algún matiz en lo de “recientes” e “inéditas”, no sólo recuperando clásicos (este año Las hermanas Munekata de Yasujiro Ozu), sino dando una segunda vuelta en VO a películas ya estrenadas en Soria, pero que quizá no se vieron lo suficiente y merecen volver (caso de Fallen Leaves de Aki Kaurismäki). En el extremo contrario, como novedades absolutas, este año disfrutaremos de dos verdaderos lujos, con la première, un día antes de su estreno comercial en España, de la muy esperada Emilia Pérez de Jacques Audiard, y con la proyección casi simultánea con su estreno nacional de The Substance de Coralie Fargeat.
También hemos dicho siempre que no tenemos un sistema de “cuotas” preestablecidas por países, géneros o temas; lo nuestro es “cocina de mercado” y nos atenemos a lo que da de sí la temporada (lo que más nos gusta y, de ello, lo que podemos conseguir). Por ejemplo, hay quien ha hecho las cuentas y ha detectado que la programación de este año nos ha salido bastante “europea”, con un 65% de títulos de nuestro continente. No está hecho aposta. También traemos películas de Japón, Corea del Sur, China, Marruecos, Canadá y Estados Unidos. Y proponemos drama, comedia, musical, terror, cine social, histórico y biográfico. Nuestras Miradas de Cine se dedicarán al cine que canta y encanta de Jacques Demy, el creador de Lola, Los paraguas de Cherburgo, Las señoritas de Rochefort y Piel de Asno. Y no faltará la Soria de Cine, con sorianos y sorianistas. Los sorianos, como los de Bilbao, nacemos donde queremos.
Gracias, un año más, a las personas cuya asistencia y apoyo hacen que este trabajo tenga sentido. Sin ustedes no habría Cine Club. Repito un párrafo de la presentación del año pasado (y del anterior): ahora que se han multiplicado las posibilidades de ver películas, ¿en qué se diferencian las “nuestras” de las que pueden ver en otras muchas pantallas? Creemos, modestia aparte, que nosotros podemos aportar un criterio, un contexto, una documentación, una vida amando el cine, un sentido que no existe en el aluvión de las plataformas. Y, con todos ustedes, formamos una comunidad, un grupo de personas que hemos caminado juntas, en algunos casos, desde el principio. Ese humilde criterio y esa importante comunidad forman el Cine Club.
Gracias, también, al respaldo de las personas y entidades colaboradoras, acreditadas aquí al lado, y a nuestras familias y demás perjudicados, por aguantarnos cuando el trabajo del Cine Club nos abduce.
Y, como dirían en Las señoritas de Rochefort, que el amor dicte su ley.
Feliz año de cine.