Pantalla Grande

Memory

El pozo de los recuerdos



Director: Michel Franco

Guion: Michel Franco

Fotografía: Yves Cape/ color 

Montaje: Oscar Figueroa, Michel Franco

Intérpretes: Jessica Chastain, Peter Sarsgaard, Merritt Wever, Josh Charles, Elsie Fisher 


Idioma (VOSE): Inglés

Duración: 103'

SESIÓN 27.11.24

Michel Franco nos presenta a su protagonista, Sylvia (Jessica Chastain) en la típica terapia de grupo que se organiza en las reuniones de Alcohólicos Anónimos. Fuera de este entorno, desarrolla labores de trabajadora social en un centro para disminuidos psíquicos. Tiene una hija a la que protege con dedicación para evitar que sea lo que ella fue. Pero por encima de todo su entorno afectivo y profesional está su pasado; un lugar tenebroso en el que, salvo ella, nadie ha podido entrar. Sus recuerdos la atormentan y la alejan de los seres queridos, especialmente de su madre, a la que culpa de todo lo malo que le ha sucedido en la vida. Sylvia, cuando era más joven, luchaba contra esos recuerdos recurriendo a las drogas y al alcohol. La maternidad le forzó a huir de esa vía de escape, pero ahora que no puede descubrir qué hay en el fondo de una botella de whisky, el pasado vuelve a estar presente para atormentarla.

Un día, en una reunión de antiguos estudiantes, es abordada por un extraño individuo, Saúl (Peter Sarsgaard); intenta huir de él, pero la sigue hasta su casa. Como un perro abandonado, permanece fiel frente a la casa de Sylvia, mientras la lluvia le empapa hasta los huesos. Al principio cree que se trata de alguno de los turbios personajes que conoció de adolescente en el instituto. Pero no, sólo es alguien que se siente atraído por ella sin que él mismo sepa porqué. Un flechazo a primera vista. Bueno, las cosas no son tan simples.

Decir que nos encontramos ante una particular historia de amor, es cierto, pero sólo estaríamos arañando la superficie. Sylvia y Saul son dos náufragos a los que los oleajes de la vida los arrastró hacia la playa. Ella se empeña en vivir intentando huir de los recuerdos.  Saúl, sin embargo, no puede huir de ellos porque no puede recordar, padece una demencia que le impide retener los episodios más simples de su existencia. Su pasado es un pozo imposible de explorar. Su familia le obliga a llevar un colgante en el cuello en el que está escrito quién es y donde vive, en previsión de que se pierda en la ciudad, en muchas de las noches que deambula por ella.

El tratamiento de la memoria y el pasado es un leitmotiv utilizado con frecuencia en el cine. Pero Michel Franco lo aborda como una particular historia de amor entre dos seres que, a su manera, tienen mucho de freaks, de atracción sacada del callejón de las almas perdidas. ¡Pasen y vean, la mujer que no quiere recordar abrazada al hombre que no puede recordar! O cómo se puede sobrevivir prescindiendo del disco duro de nuestros recuerdos. Las decisiones que tomamos condicionan lo que seremos, pero eso sólo puede funcionar en la medida en que recordemos lo que hicimos.

Pero la historia adquiere su sentido, no sólo en la relación entre estos dos amantes, sino cómo las respectivas familias tratan de sobreproteger o de ocultar los fantasmas del pasado. A Saúl se le niega el poder intentar tener una vida normal, signifique esto lo que signifique. A Sylvia se le prohíbe ajustar cuentas con el pasado, en el seno de su propia familia. 

La película transcurre a partir del encuentro fortuito en el antiguo colegio y nos va llevando de la mano por los respectivos infiernos personales de sus protagonistas, sin caer en la tentación de forzar una emotividad en el relato ni de convertir Memory en una historia de amor al uso. 

Michel Franco vuelve a retomar un cine de carácter introspectivo, explorando en los laberintos interiores, tal como hizo anteriormente en Sundown o El último paciente. En esta ocasión no cuenta con la presencia de Tim Roth, pero la suple con la gran interpretación de Peter Sarsgaard. Su papel le valió obtener la Copa Volpi en el Festival de Venecia. Consigue complementar la también excelente interpretación de Jessica Chastain. Si en términos musicales se define como contrapunto a la concordancia armoniosa de voces contrapuestas, podríamos decir que Sarsgaard es el perfecto contrapunto interpretativo. Combina una aparente fragilidad con el aspecto desaliñado del que se sabe que no tiene que guardar ninguna convención social, ya que no las recuerda.

A medida que nos zambullimos en la filmografía de este director, descubrimos que su mirada huye de localismos, con independencia de si la acción transcurre en Mexico o Estados Unidos. Se detiene fundamentalmente en el drama personal de sus protagonistas y los contextualiza con el decorado donde transcurre su vida. Puede que la única película fieramente mejicana sea Nuevo Orden, donde se detalla la corrupción del sistema, que favorece que el pueblo intente la revolución para reprimirlo y volver a entregar el poder a la oligarquía que lo detenta.

La memoria es como un pozo al que nos miramos. En condiciones normales veremos reflejado nuestro rostro, aunque a veces no nos guste nada de lo que nos enseña y evitemos asomarnos por miedo a la que la desesperación nos haga caer. Pero sucede que en ocasiones la vida nos gasta una broma cruel y no podemos vernos reflejados en sus aguas, contemplando solamente un interior turbio en el que, a duras penas, podemos distinguir algún reflejo.

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