Uno de los (¡muchos!) momentos culminantes de nuestra programación de este año es el estreno de Emilia Pérez que, si todo sale bien, podremos proyectar para nuestros socios un día antes del lanzamiento comercial español. Es un doble lujo, por la gozada de la première y por la calidad e interés del film. Pero, como todo, tiene una contrapartida: al cierre de esta edición de la revista, aún no hemos podido ver la película. Aunque esto les resulte sorprendente (y escandaloso), el Cine Club no nos paga viajes al Festival de Cannes, ni siquiera a San Sebastián (de Toronto, ni hablamos), ni aun a la vecina Francia, donde dicen que se ha estrenado en agosto. Por tanto, como hicimos el año pasado con Cerrar los ojos, advertimos, como cláusula de exención de responsabilidad, que esta página se basa en la información publicada, disponible hasta el momento, sin la experiencia personal del abajo firmante.
Sinopsis a lo bruto: en México, Rita (Zoe Saldaña) es una abogada que recibe un encargo peliagudo: ayudar al temido jefe de un cártel del narcotráfico, “Manitas” del Monte (Karla Sofía Gascón), para retirarse de sus negocios y completar un viaje que lleva años preparando, fingiendo su muerte para vivir como la mujer que es interiormente. No podemos contar más (ni queriendo, pues no hemos visto la película). La historia trata sobre transformación personal, redención, y la dificultad de ser una misma en un mundo peligroso, arrastrando el peso de un pasado violento… Aunque es una historia original (muy original), Jacques Audiard se inspiró en un capítulo de la novela Écoute de Boris Razon, en el que un traficante de drogas quiere cambiar su identidad.
Ah, además la película de Jacques Audiard es un musical, con música y canciones de Clément Ducol (director musical de Annette y compositor de una decena de bandas sonoras) y Camille (más conocida como cantante pop). A la fecha de cierre de esta edición, no se ha publicado la banda sonora completa, únicamente un EP de “selecciones” con cinco canciones, que nos permite hacernos una idea y nos deja con ganas de más, porque resultan bastante atractivas. Según la crónica de Cannes de Elsa Fernández-Santos, en el aspecto musical destaca la primera secuencia, al ritmo de la vida callejera de Ciudad de México y otra con armas de fuego. Pero hay hasta una canción titulada “La vaginoplastia”, que no parece el tipo de cosa que nos encontraríamos en los musicales clásicos.
La protagonista es Zoe Saldaña (Colombiana, Avatar, Star Trek), acreditada esta vez con “ñ”. Según Elsa Fernández-Santos, Saldaña ejerce de maestra de ceremonias e hilo conductor, canta y baila con vigor y lleva al espectador de la mano. El personaje titular, Emilia Pérez, está interpretada por la actriz española Karla Sofía Gascón, que ha sido la gran revelación de la película. Con el nombre de Carlos Gascón, antes de iniciar su transición de género en 2018, había trabajado en televisión y cine en España y México, incluyendo la exitosa película mexicana Nosotros los Nobles (2013). Parece que al principio el director pensó en utilizar dos intérpretes distintos para el personaje, uno como hombre y otro como mujer. Pero Gascón convenció a Audiard para interpretar las dos caras. «Aunque hablemos de Manitas y Emilia por separado, para mí son uno, y yo les he aportado el alma», ha dicho la actriz, que ha revelado que se inspiró en Sylvester Stallone para Manitas y en Samantha Fox para Emilia. El director concluye: «Aún hoy no sé dónde acaba Emilia y empieza Karla Sofía. Yo imaginé el personaje mucho más joven, y al final Emilia ganó un peso, una historia a sus espaldas al interpretarla Gascón». Al lado de Saldaña y Gascón, parece que queda más desdibujada Selena Gómez, como mujer del narco; se agradece su participación en un proyecto tan arriesgado, pero ella misma ha reconocido sus problemas con nuestro idioma.
Pese a su ambientación mexicana y el predominio del español, la película está rodada en estudio en París. Estrenada el 18 de mayo de 2024 en el Festival de Cannes, recibió una ovación de diez minutos, un premio para sus cuatro actrices protagonistas, incluyendo nuestra compatriota (primera mujer trans que ha ganado un premio de actuación en Cannes) y el premio del jurado. Sin duda, es una película muy atrevida como para gustar a todo el mundo, pero la crítica ha sido mayoritariamente positiva, con un 87% de aprobación en Rotten Tomatoes. Hasta que podamos verla, nos quedamos con la valoración de Elsa Fernández-Santos: «Emilia Pérez está todo el rato al límite (…), pero su descarga eléctrica, su osadía, su desparpajo y su fantasía resultan contagiosas y, a lomos de canciones, luces de neón y locas pasiones, acaba saliendo con fuerza a flote (…). La experiencia trans como un camino hacia la empatía y una segunda oportunidad moral».
[No puedo dejar de comentar una cuestión. Como sabrán, la actriz española Karla Sofía Gascón, premiada en Cannes junto a sus compañeras de reparto, ha sido objeto de campañas de odio, como mujer trans. Un “hombre” gana el premio a la mejor actriz, dicen. Por penoso que sea, no nos sorprende que la ultraderecha ataque y niegue a las personas transgénero. Más triste es que, desde posiciones que se consideran feministas, se compartan sus argumentos y se invente un delirante “borrado” de las mujeres, para defender logros convertidos en privilegios y atacar a una minoría aún más discriminada. Las mujeres transgénero (de los hombres trans nadie habla) son mujeres, punto. Y hay que defenderlo frente a quienes niegan, no sólo sus derechos, sino su mera existencia, pues las consideran “hombres disfrazados”. Cito a una feminista más histórica que esas “viejunas”, Gloria Steinem: «creo que todo el mundo tiene derecho a identificarse a sí mismo cómo se siente de forma auténtica»].