Pantalla Grande

El sucesor

El legado de la sangre



Director: Xavier Legrand

Guion: Xavier Legrand, Dominick Parenteau-Lebeuf. Novela: Alexandre Postel

Música: SebastiAn

Fotografía: Nathalie Durand / color 

Montaje: Yorgos Lamprinos, Julie Wuillai

Intérpretes: Marc-André Grondin, Yves Jacques, Laetitia Isambert-Denis, Anne-Élisabeth Bossé 


Idioma (VOSE): Francés

Duración: 112'

SESIÓN 26.03.25

El joven Elias Barnès (Marc-André Grondin) lo ha logrado. Se ha convertido en el nuevo rey de la Alta Costura. Su reciente colección ha entusiasmado a la prensa especializada y le ha convertido en el nuevo director artístico de una de las firmas de moda más importantes; pasará a suceder a una figura mítica de este glamuroso sector. Sin embargo, el éxito no hace más que acrecentarle las crisis de ansiedad y dificultarle la respiración en los momentos más comprometidos. Para colmo, le comunican que su padre, con el que hacía mucho tiempo que había roto cualquier relación, acaba de fallecer de un infarto. Esto no le produce pena ni depresión, sino angustia ante el temor de que este tipo de dolencia pueda ser hereditaria.

Alguien debe ir a Canadá para realizar todos los trámites y papeleo propio en estos casos. Su madre, y exesposa del finado, se niega; está muy a gusto después de tomar la decisión de divorciarse y casarse con el hermano de éste, que tampoco quiere acudir. Sólo queda Elías y, de muy mala gana, asume esta tarea. Cruzará el Atlántico, llegará a Montreal donde le esperan los responsables de la empresa funeraria en la que reposan los restos del progenitor y se enfrentará a la tediosa tarea burocrática y protocolaria. Desde su llegada al aeropuerto tiene un chófer a su disposición para llevarlo ante los viscosamente amables trabajadores de ese impoluto edificio de pompas fúnebres, en el que las paredes del mismo nos recuerdan su paradójico eslogan: “Estamos aquí para facilitarle la vida”.

Al llegar al domicilio de su padre para liquidar los enseres y agilizar la venta del mismo, la película adquirirá una marcada trama negra, de una negrura inquietante. Pero bueno, si quieren saber más saquen su entrada o paguen el abono del Cineclub, que en pantalla grande se ve mejor que en el salón de su casa.

Xavier Legrand, el director, vuelve con su segunda película a tocar el tema del machismo y la violencia intrafamiliar. Su anterior película, Custodia compartida, pudimos verla en nuestro Cineclub hace seis años. Fue una agradable sorpresa al atreverse a tocar la violencia machista, huyendo de los estereotipos y mostrando al maltratador como una persona normal a la que es difícil atribuirle reacciones violentas. En El sucesor nos muestra, o nos plantea, si ese tipo de violencia llevado a sus más radicales términos es algo hereditario; si existe un gen transmisible en los maltratadores, los violadores o los pederastas. Esta puede ser una discusión en la que no se ponen de acuerdo neurocientíficos, psiquiatras y psicólogos. Nosotros no colaboraremos a dar más claridad a este debate, nos limitamos a considerar esta premisa como una idea interesante para una película.

El sucesor es una película mas ambiciosa que la anterior de Legrand, aunque no siempre consigue cohesionar los distintos actos en los que se podría dividir el film. Comienza de forma impresionante. Cuando Cecil B. DeMille dijo que una película tenía que empezar como un terremoto y, a partir de ahí, debía ir hacia arriba, supongo que también se refería a algo parecido a lo que nos muestra Legrand. En un espectacular alarde, nos muestra todo el lujoso plumaje que tiene esa especia de pavo real que es la Alta Costura. Con una pasarela en forma de laberinto espiral por la que desfilan las modelos, nos deslumbra y nos sugiere también la indudable sustancia artística de la que está hecho este sector. Al mismo tiempo, le sirve al director para trasladar a nuestra retina ese laberinto, como una metáfora del atormentado e inescrutable cerebro del protagonista. 

La fragilidad de Elías es resaltada en ocasiones de forma excesiva, convirtiendo las vicisitudes padecidas en la casa paterna en una inquietante mezcla de terror con comportamientos absurdos de nuestro hombre. No obstante, ese cambio de registro en el relato hace que le perdonemos estos pequeños fallos. En la recta final de la película, ya dentro del tanatorio, combinará una exagerada emotividad con un giro excelente que volverá a sorprender al espectador, haciendo que le perdonemos la sobreabundancia lacrimógena.  Podemos concluir que el saldo resultante de las casis dos horas de proyección es positivo, y a los que nos gusta el cine y nos encanta el cine de género, hará que disfrutemos mucho con ese cambio de registro.

Quizá se pregunten por el resto del elenco. Esta película no es un monólogo protagonizado por Xavier Legrand, qué duda cabe que hay secundarios interpretando con ortodoxo oficio el papel asignado a cada uno de ellos. Todos son eficaces, pero su presencia orbita alrededor de nuestro atribulado protagonista principal.

Es posible que esta película alguno de ustedes la hayan podido ver en los Cines Lara de nuestra ciudad. Es una decisión comprensible, estamos ante una buena película. Pero, dado que el tiempo de exhibición en sus pantallas fue muy corto y que no nos separamos de nuestro compromiso fundacional -al emitirla nosotros en versión original subtitulada- entendimos que deberíamos seleccionarla para la presente edición. Estoy seguro que sabrán valorar nuestra decisión.

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