Miradas de Cine I

Jesucristo superstar

“NO SÉ CÓMO AMARLE”



Director: Norman Jewison

Guión: Melvyn Bragg y Norman Jewison

Sobre la Opera Rock Jesus Christ Superstar

Fotografía: Douglas Slocombe

Música: Andrew Lloyd Webber

Letras: Tim Rice

Música Dirigida por: André Previn

Coreografía: Robert Iscove

Montaje: Antony Gibbs

Diseño de Producción: Richard MacDonald

Vestuario: Yvonne Blake

Productores: Norman Jewison y Robert Stigwood

Productor Asociado: Patrick Palmer

Intérpretes: Ted Neeley, Carl Anderson, Yvonne Elliman, Barry Dennen, Bob Bingham, Larry T. Marshall, Joshua Mostel, Kurt Yaghjian, Paul Thomas, Susan Allanson


Idioma (VOSE): Inglés

Duración: 106'

SESIÓN 28.02.23

Mientras empieza a sonar la “Obertura”, la cámara recorre las desiertas ruinas de Avdat, en el desierto israelí. Al fondo, vemos acercarse un autobús. Del destartalado vehículo, se apea un grupo de jóvenes con ropas contemporáneas. En la baca, además de una cruz, llevan cestos con el vestuario y atrezo. Los actores, pues eso son, se van vistiendo de soldados romanos, de sacerdotes o discípulos, mientras distribuyen el equipo y ensayan algunos movimientos y coreografías (latigazos, un baile en círculos). Desde el centro del círculo, se eleva hacia el sol una figura ataviada con una túnica, a los tres acordes del tema principal: Jesucristo (Ted Neeley). Todos ocupan sus “posiciones” y aparece el título del film: JESUS CHRIST SUPERSTAR. Desde una montaña, Judas (Carl Anderson) reprocha a Jesús el haberse apartado de su camino, haberse creído lo que dicen de él, haberse creído Dios y el Mesías, cuyos seguidores sólo piensan en el cielo (“Heaven On Their Minds”). Los apóstoles preguntan qué va a pasar, cuándo van a ir a Jerusalén (“Whats The Buzz”), mientras Jesus les reprocha esa obsesión por el futuro, y que si supieran el camino que van a seguir lo entenderían menos que él. Sólo María Magdalena (Yvonne Elliman) le consuela y cuida, refrescándole con perfume. Judas reprocha ese gasto inútil, en lugar de darlo a los pobres, y también que Jesús trate con mujeres de su “profesión” poniendo en peligro al grupo (“Strange Thing Mystifying”), pero Jesús le recuerda que sólo el que esté libre de pecado puede lanzar piedras. María consuela a Jesús y le dice que olvide los problemas, que esa noche todo está bien (“Everything’s Alright”). Mientras, los sacerdotes y fariseos, según lo planeado por Caifás (Bob Bingham) y Anás (Kurt Yaghjian), deciden que Jesús debe morir, porque el pueblo le sigue, lo cual amenaza su poder y puede justificar que los romanos les exterminen (“Then We Are Decided” y “This Jesus Must Die”). Jesús y sus discípulos entran en Jerusalén, donde son aclamados por la multitud (“Hosanna”). Simón (Larry T. Marshall) incita a Jesús a utilizar su poder para levantar al pueblo y echar a los romanos (“Simon Zealotes”), pero Jesús le responde que su poder es de otra clase (“Poor Jerusalem”), mientras el gobernador romano Pilatos (Barry Dennen) tiene una premonición inquietante (“Pilate’s Dream”). En el Templo, un iracundo Jesús arrasa los puestos de los mercadores, porque han convertido una casa de oración en una cueva de ladrones (“The Temple”) y luego se ve rodeado por leprosos que exigen curación. María expresa sus sentimientos de amor por Jesús, sin saber qué hacer (“I Don’t Know How To Love Him”). Judas se debate angustiosamente, hasta que decide acudir a los sacerdotes para entregar a Jesús, porque piensa que ha perdido el control y porque cree que eso es lo que él mismo quiere (“Damned for All Time / Blood Money”). Jesús celebra la última cena con los apóstoles (“The Last Supper”), en la que anuncia que uno le negará y otro le traicionará, y tiene un último enfrentamiento con Judas (¿es una traición o Judas está cumpliendo el plan de Jesús?). En el Monte de los Olivos (“Getshemane”), Jesús sufre su agonía, grita sus dudas y exige explicaciones a su Padre (en el momento en que acepta su muerte, se inserta un montaje de cuadros clásicos de la crucifixión). Jesús es arrestado y llevado ante Pilatos (“Pilate and Christ”), quien deriva el tema a la jurisdicción de Herodes, el cual espera el show de un Superstar (“King Herod’s Song”), mientras Pedro niega tres veces a Cristo (“Peter’s Denial”), María y él desearían poder volver atrás (“Could We Start Again, Please”) y Judas acaba con su vida, sintiéndose más víctima que traidor (“Judas’ Death”). Se celebra el juicio ante Pilatos (“Trial Before Pilate”) y creo que la sentencia ya la conocen… En un Más Allá psicodélico, mientras los ángeles cantan la gloria de Jesús (“Superstar”), Judas sigue preguntándole por qué dejó que todo se le fuera de las manos, por qué eligió una época tan atrasada y un lugar tan extraño, si todo estaba previsto o fue un error, sólo quiero saberlo… Tras la crucifixión, todos vuelven al autobús, menos Jesús (“John 19:41”), y la cruz queda recortada en el crepúsculo. Los títulos de crédito desfilan en silencio, sobre fondo negro.

Norman Jewison consideró Jesus Christ Superstar como la más inventiva y visualmente interesante de todas sus películas, afirmando que fue el primer “vídeo musical” de rock antes de la MTV. Un musical narrado sólo por los actores, la música, la cámara y el montaje, sin diálogos adicionales, ni decorados falsos. Algunos recursos visuales o de montaje (el zoom, los bailarines que aparecen de la nada o quedan congelados en el aire, en la escena de Simon Zelotes) pueden parecernos ahora demasiado “años 70”, pero no desvirtúan una experiencia visual, musical y emocional que sigue manteniéndose en plena forma, cuando la película está a punto de cumplir 50 años. En otras páginas, hemos hablado en detalle sobre la adaptación, el reparto, las localizaciones, el rodaje, el vestuario, la música, y otros aspectos… Para esta breve sinopsis, vamos a subrayar que los personajes resultan cercanos y creíbles, que el reparto es impecable, que la adaptación e interpretación musicales son insuperables (para mí será siempre la versión de referencia de esta obra, más que el álbum original), y que las localizaciones naturales aportan un fondo único. En plena polémica sobre el aspecto religioso de Jesus Christ Superstar, sobre si era ofensiva y sacrílega o no, Jewison afirmó que podían haber hecho fácilmente algo vulgar, chabacano o chocante, pero que en cambio habían intentado hacer algo espiritual y hermoso. Una película hermosa. Lo sigue siendo, para siempre.

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